El próximo 20 de abril, el Zinco Jazz Club celebra 18 años de ser un espacio icónico para el jazz nacional, un bar clásico de la CDMX y el lugar que mejor suena en todo Latinoamérica.
Todo comenzó con el deseo de Ernesto Zeivy y un grupo de socios, de abrir un club dedicado exclusivamente al jazz en la capital mexicana. En el sótano de un edificio de estilo Art-Decó, emblemático del Centro Histórico, encontraron el espacio ideal para montar un club de jazz, subterráneo, secreto y acogedor, que ofreciera refugio a los verdaderos amantes de la música, así como una plataforma de desarrollo para proyectos musicales.
Hoy, este clásico lugar con cortinas de terciopelo rojo y atmósfera acogedora se pone de manteles largos para recibir a una selección de los más grandes proyectos de jazz nacionales que hay en la actualidad y que han pasado por un escenario en el que también se han presentado grandes ídolos como Paquito D’Rivera, Terence Blanchard o Wynton Marsalis.
La cartelera de los 18 años incluye a artistas como Alex Mercado, Alex Milán, Diego Franco, F-Mack, Gabriel Hernández, Gustavo Cortiñas, Rob Duguay, Roberto Verástegui y Zaira Franco, así como proyectos de la talla de Los Músicos de José, Calacas Jazz Band y la Zinco Big Band, por mencionar algunos, quienes formarán parte de las celebraciones que se extenderán por todo el mes y que serán coronadas con la presencia de Lucía Gutiérrez, cantante mexicana ganadora de la Sarah Vaughan International Jazz Vocal Competition en 2022, para el concierto oficial de aniversario que se llevará a cabo el jueves 20 de abril.
“Creo que el Zinco Jazz Club ha crecido con el jazz en México, es muy importante para nosotros saber que no solamente hemos logrado establecernos como un clásico, sino que hemos logrado ayudado a crear una escena ,Ahora hay más clubes, personas que viven de la música y creo que nosotros somos pioneros de todo esto, aprovechamos la oportunidad y creo,lo hemos hecho bien”, expresa Zeivy.
Un lugar que ha crecido con el jazz mexicano
A mediados de la primera década del siglo XXI, la escena jazzística de la CDMX sucedía casi por casualidad en bares y restaurantes que solían programar eventos especiales con bandas lideradas por nombres como Luri Molina o Eugenio Elías. Aficionado a frecuentar clubes de Nueva York como el Smalls, el Zinc y otros, Ernesto Zeivy con un grupo de socios vieron la oportunidad de crear algo que hasta el momento no existía.
“Que no hubiera un club de jazz realmente nos parecía un escándalo”, recuerda Ernesto Zeivy, “abrimos el Zinco Jazz Club sabiendo que había un gran potencial y que además seríamos pioneros en la zona, fuimos parte del movimiento de renovación del Centro Histórico”.
Los proyectos del incipiente movimiento de jazz por fin tuvieron un escenario en donde su música podía ser verdaderamente apreciada, con un tratamiento acústico superior y un público dispuesto a escucharlos y ávido por descubrir novedades. Esto además atrajo la atención de grandes artistas internacionales y favoreció el surgimiento de más propuestas de todo México.
“Desde que abrimos, hemos visto cómo han aparecido nuevos y mejores grupos de jazz. Gracias también a proyectos como Horizonte, la Escuela Superior de Música o la Universidad de Xalapa que tienen escuela de jazz, ha ido surgiendo una gran escena y ahora podríamos estar muy orgullosos de tener músicos de gran nivel mundial, algo que cuando empezamos no existía”, añade Zeivy.
Con la asesoría del ingeniero de sonido Xicoténcatl Ladrón de Guevara, el interior del Zinco Jazz Club fue cuidadosamente tratado para que ofreciera la mejor calidad de sonido posible. El sótano sin ventanas funciona como una especie de caja de resonancia, cuenta con un equipo de sonido de alta fidelidad e incluso la inclinación de la barra ayuda a mejorar la acústica, todo para mejorar la experiencia tanto de los artistas como de la clientela que acude a un lugar que está dedicado desde un principio a la música en vivo.
“La música en vivo por antonomasia es el jazz, porque no solamente se tocan standards. conocidos, sino que la improvisación cobra un papel fundamental. El jazz es increíble en ese sentido, sin despreciar a otros géneros, creo que parte de su esencia tiene que ver con escucharlo en vivo, en un club, porque puede haber conciertos en Bellas Artes o un auditorio, pero nunca será lo mismo que interactuar con los artistas, en un lugar íntimo y disfrutar como si estuvieras en casa, una copa y tus amigos”, destaca el fundador, “es importantísimo para nosotros permanecer fieles a nuestro objetivo de ser el lugar que mejor suena en México, siempre será nuestra prioridad mantenernos como un espacio en donde a los músicos también les guste ir a tocar”.
Los festejos del 18 aniversario también incluyen una profunda renovación de la carta de alimentos y bebidas que celebra el hecho de que el Zinco Jazz Club es todo un clásico al que no solamente se puede ir a escuchar buena música, sino a disfrutar de una destacable propuesta gastronómica.
Para mantenerse igual hay que mejorar todos los días, por eso le hemos inyectado renovados bríos a la barra, la cocina y a todo. Durante 18 años hemos trabajado por tener el mejor lugar de jazz de México y creo que lo hemos logrado”, afirma Zeivy, “estamos muy contentos de ser el primer gran club de jazz de México y es muy satisfactorio para mí saber que ha sido posible gracias al esfuerzo de mucha gente como Ilse Rodarte, encargada de la programación; Yanko Téllez, que se incorporó como gerente; Fabiola, quien se encarga de diseñar los carteles; Jorge Cruz, ingeniero de sonido; Adán González, jefe de barra; el chef Chuy González y de mucha gente que ha puesto ahí su vida. Me genera mucho orgullo, sobre todo, saber que no nos equivocamos, que ahí sigue el Zinco y seguirá por muchos años más…”.