La primera vez que compré un disco de Nina, fue a mis 16 años, era un concierto del 64 grabado en vivo en Carnegie Hall. Me acuerdo de haber escuchado la canción de “Four Women” por primera vez y sentirme inundada de dolor por las historias que contaba. También recuerdo haber descubierto la ligereza de Nina riendo en frente de cientos de personas porque había olvidado la letra de “Go Limp”, una canción que con mucho humor, habla desde el feminismo. Me conmovió profundamente desde lugares distintos y a partir de ese momento, me acompañó siempre.
Después de 15 años, cuando me ofrecieron hacer este homenaje, no lo dudé un segundo. Me adentré todavía más en su mundo y elegí las canciones con las que más pude identificarme por todo lo que me hacían sentir. Fue un viaje hermoso, divertido y a la vez triste porque detrás de su fuerza hay mucho enojo y dolor, pero siempre transformado en palabra y belleza. Para mi, esa fue su gran virtud.
A través de este homenaje intentamos expresar lo que Nina representa para nosotros de la manera más honesta y cercana, para que con suerte, podamos mostrar lo que nos ha dejado con su legado y cómo nos sirve para la vida.

Mariana Terroba